Tu cuerpo lo encontré recubierto de rocío,
saciado con los sabores de incienso, mieses y vino,
en la vereda el Cubillas, se te acerca Federico
tocado va con sobrero, sonrisa en ristre de silfo
verdes hojas azuladas, brillan en su pelo liso.
Se sentó junto a tu vera, te cobijó con su abrazo,
el sol brilla al mediodía en el firmamento alto.
Rodea toda su sombra un verde como aguachado
y tú, eres verde oliva, verde musgo. Verde. Glauco.
La luna al despedirse entre aceitunas y jaras,
lloraba bien orgullosa de haber besado su cara.
De su costado, algo verde, de su boca, algo grana
una grieta que tus manos palpaban para cerrarla.
Se han agarrado las manos que en cabriolas
jugueteaban, Federico no te suelta, te tiene bien aferrada
se coge a todas tus cintas de muchacha ensoñada
él que se creía muerto, pero muerto y todo, habla.
Se les transfigura el rostro, que surcan lágrimas calmas,
su traje de limón claro se le requiere la tierra, esa gran
madre magnánima para que regrese al lecho ese de hondura
insondada, de memoria desdentada, que sin dientes, aún ¡desgarra!
del poemario GOBADA
Querido amigos de Telira.
ResponderEliminarLos días con vosotros estuvieron muy interesantes.
Como soy bloguera, os dejo aquí mi enlace y también en este comentario el poema que leí el sábado
!QUÉ TONTO EL GATO!
El gato de ojos claros
mira a la luna
que está en el charco.
Saca las uñas
una por una.
Mueve el bigote,
agua del monte.
La luna entonces
se queda quieta.
El gato cee
que es ya su presa.
La luna ríe
desde lo alto
y dice al aire:
-"Qué tonto el gato"
Luz del Olmo
( Del libro "Pequeña música para la luna")
Os dejo también los enlaces de mis blogs:
http://musicaparalaluna.blogspot.com/
http://enunacordeazul.blogspot.com/
Un abrazo para todos
Luz
Me tomo la libertad de ponerlo en el muro para que podeamos leerlo directamente. Un abrazo.
ResponderEliminarYago